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  >  Experiencias vacacionales   >  Cinco días en Escocia: Edimburgo

Fui a Escocia con una amiga para pasar cinco días llenos de aventuras: un día en Falkirk, otro explorando los impresionantes Highlands y el resto disfrutando de Edimburgo. Me encantó cómo la ciudad combina el encanto de su casco antiguo con el ambiente festivo de los mercadillos navideños y las luces. Tiene una vibra que te invita a salir, perderte por sus calles y descubrir cada rincón. Aquí te cuento cómo fue nuestra experiencia y todo lo que vale la pena hacer si te animas a visitarla.

Día 1: Mercadillo Navideño en Princes Street

Nada más llegar, fuimos directas al mercadillo navideño de Princes Street. Lo primero que nos recibió fueron las luces, los puestos llenos de cosas bonitas y ese ambiente tan alegre. Con una copa de vino caliente y unas patatas de haggis en la mano, empezamos a probar los sabores locales mientras disfrutábamos de las vistas del castillo iluminado.  Para quienes no lo conocen, el haggis es un plato tradicional escocés hecho a base de carne de cordero y especias, servido de manera clásica con nabos y puré de patatas, pero aquí lo encontramos en una versión más moderna y deliciosa, como topping para las patatas. Fue nuestra primera experiencia con los sabores escoceses, y no nos decepcionó en absoluto. Creo que esta fue  la bienvenida perfecta a Edimburgo y nos dejó con ganas de descubrir más de la ciudad.Fue la bienvenida perfecta a Edimburgo.

 

 

Día 2: Falkirk, las Kelpies y algo de whisky

El segundo día lo dedicamos a visitar Falkirk. Habíamos reservado los billetes de tren en Trainline y desde Waverley tomamos un tren que nos nos llevó a ver s la Rueda de Falkirk, una obra de ingeniería que nos dejó con la boca abierta.

También visitamos  las Kelpies, esas gigantes esculturas de caballos que son impresionantes en persona.

De vuelta en Edimburgo, decidimos darnos un festín escocés. Probamos haggis, vieiras, morcilla negra y terminamos con una cata de whisky. Cada plato tenía un sabor intenso y diferente, y fue una gran forma de conocer la gastronomía local. Después, subimos hasta el castillo para disfrutar de unas vistas increíbles de la ciudad iluminada por la noche.

Día 3: Paisajes de los Highlands

El tercer día nos alejamos de la ciudad para explorar los Highlands. Es difícil describir lo espectaculares que son los paisajes: lagos tranquilos, montañas gigantes y una paz que se siente en el aire. Es un lugar que tienes que ver para entender su belleza.

Al regresar a Edimburgo, fuimos a cenar a un lugar más casual, Nando’s, para disfrutar de su famoso pollo peri-peri. Aunque me trajo buenos recuerdos de mi primer viaje al Reino Unido, admito que no fue tan especial como lo recordaba.

Día 4: Explorando los rincones de la ciudad

El último día completo lo dedicamos a caminar y descubrir rincones únicos. Empezamos el día en Dean Village, un lugar de Edimburgo con muchísimo encanto. Este antiguo pueblo de molineros, junto al río Water of Leith, está lleno de calles adoquinadas, casas pintorescas y puentes. Aunque está a un paso del centro, la sensación es completamente distinta, como si estuvieras en otra época. Es un sitio ideal para pasear y disfrutar del paisaje.

Después fuimos a  Cockburn Street, una calle llena de tiendas y cafeterías con mucha personalidad. Nos tomamos un café rápido y disfrutamos de la vibra animada del lugar.

Luego fuimos a Greyfriars Kirkyard, un cementerio con mucha historia que resultó ser más bonito de lo que esperábamos. Además, visitamos la tumba de Greyfriars Bobby, el famoso perrito que pasó años cuidando la tumba de su dueño.

Más tarde, paseamos por la Royal Mile, que tiene un ambiente completamente distinto durante el día. Está llena de turistas y artistas callejeros, y aunque esperaba algo más tranquilo por ser invierno, la energía del lugar es contagiosa.

Terminamos el día en Victoria Street, conocida por sus fachadas coloridas. Para cenar, probamos fish & chips en Bertie’s Proper Fish & Chips, y no pudimos resistirnos a pedir un Mars frito de postre. ¡Fue una sorpresa total! Pensé que sería pesado, pero estaba delicioso: el chocolate derretido con el rebozado crujiente funcionaba increíblemente bien.

Una despedida con ganas de volver
Nuestro último día en Edimburgo fue un mix de emociones. En tan pocos días habíamos visto muchísimo, pero aún así, nos fuimos con la sensación de que la ciudad tiene mucho más por descubrir. Ambos coincidimos: Edimburgo merece una segunda visita. Cada rincón tiene su propia magia, y nos quedamos con ganas de seguir explorando.

Consejos prácticos para tu viaje a Edimburgo

  • Planea con antelación: Reserva tours y restaurantes con tiempo para evitar sorpresas. En temporada navideña, todo se llena rápido.
  • Aprovecha el transporte público: Los autobuses de Lothian Buses son económicos y muy útiles para moverse por la ciudad. Te recomiendo comprar la tarjeta diaria, que puedes adquirir directamente en el autobus. Eso sí, ten en cuenta que esta tarjeta no incluye el autobús al aeropuerto, aunque también es de la misma compañía. Igual puedes pagar tanto el billete como la tarjeta con una tarjeta contactless.
  • ¡Ojo con las paradas! Muchos autobuses no tienen sistemas de aviso funcionando correctamente, así que es mejor que sigas tu ubicación en el móvil para saber dónde bajar.
  • Prepárate para el clima: El invierno en Edimburgo puede ser suave, pero las capas son tus mejores amigas. Lleva ropa abrigada, un buen abrigo y algo para cubrirte el cuello por si el viento decide hacerse notar.
  • Viaja con buena compañía: Ir con alguien que comparta tus intereses hace que todo sea más divertido, sobre todo si el viaje es corto.