Estuvimos en Helsinki a finales de noviembre y la ciudad ya estaba en ambiente navideño, decorada con luces brillantes y alegría festiva. Los mercados navideños estaban a punto de abrir, con los primeros puestos de venta de glögi y pasteles listos. La Navidad estaba a la vuelta de la esquina y la ciudad parecía una postal navideña. No nos importó el frío, era como uno se imagina la Navidad. Con frío, una taza de café caliente, comida deliciosa y una capa de nieve. Helsinki eres perfecta.